El maquillaje de la nueva adaptación de Nosferatu se ha convertido en uno de los elementos más destacados, consolidándose como una pieza clave para dar vida al aterrador y emblemático Conde Orlok. David White, el talentoso diseñador responsable de las prótesis, compartió detalles fascinantes sobre el proceso detrás de esta impresionante transformación. Según White, convertir a Bill Skarsgård en el inquietante personaje requirió un gran esfuerzo de seis horas de trabajo diario y aplicación de un total de 62 piezas de prótesis.
Cada una de estas piezas fue diseñada con un nivel de detalle extraordinario, asegurando que el aspecto final capturara tanto la esencia del personaje original como una actualización visual que resultara aterradora y convincente para el público.
Bill Skarsgård, después de su icónica interpretación de Pennywise en It, vuelve a deslumbrar en una nueva versión de Nosferatu dirigida por Robert Eggers. Esta vez, interpreta al legendario vampiro Conde Orlok, en una transformación aterradora que requirió una extensa preparación y un arduo trabajo de maquillaje.
La transformación del actor en este emblemático personaje no fue tarea sencilla, ya que requirió una preparación exhaustiva y un trabajo de maquillaje excepcionalmente detallado.
David White, el encargado de diseñar las prótesis, reveló que la transformación de Skarsgård involucró un proceso de seis horas y 62 piezas de prótesis. Este detallado trabajo incluyó nueve prótesis solo para la cabeza y la cara (como el cuello, mejillas, nariz, orejas, etc.), así como prótesis en manos y dedos, con extensiones que incorporan uñas. La prótesis de cuerpo completo requirió un equipo de seis personas para colocarlas, lo que hizo que el proceso fuera extremadamente laborioso.
Antes de dar inicio al desarrollo de la aplicación final, el equipo ya había invertido una cantidad considerable de tiempo en el diseño y creación de las prótesis necesarias para el proyecto. Este proceso implicó varios meses de trabajo preliminar detallado y meticuloso, durante los cuales se llevaron a cabo múltiples pruebas para garantizar que el resultado final cumpliera con las expectativas tanto funcionales como estéticas. Alexander Skarsgård, una pieza clave en este proceso, participó activamente en estas pruebas, colaborando estrechamente con el equipo para ajustar cada detalle hasta lograr el efecto deseado.
El director de la producción, Robert Eggers, no tardó en expresar su entusiasmo por el resultado final, destacando lo impresionante y realista que resultaba la transformación lograda. Eggers llegó a comentar que el impacto visual era tan poderoso y convincente que podría fácilmente llevar al público a creer que se habían utilizado efectos digitales en lugar de prótesis físicas. Este nivel de realismo fue el resultado de un esfuerzo conjunto, de una visión artística clara y del compromiso inquebrantable de todos los involucrados.
En resumen, el proceso de maquillaje y prótesis fue meticuloso y exigente, y el resultado es una versión de Nosferatu verdaderamente aterradora, si tu también quieres aprender a hacer maquillaje en efectos especiales te recordamos que contamos con la especialidad FX en Seicento makeup school y puedas convertir tu pasión en una profesión.